Proyecto manhattan
l
día 2 de agosto de 1939, Albert Einstein, en nombre de varios científicos,
le escribe una carta al Presidente Roosevelt instándolo a apoyar al
grupo de científicos que investigan la utilización de la energía
atómica en el Proyecto Manhattan. Las investigaciones
nucleares en el mundo se iniciaron en 1905, y en 1938 el científico
alemán Otto Hahn descubrió la fisión atómica.
Inmediatamente la comunidad científica internacional comenzó
la carrera que tenía como meta fabricar un reactor atómico para
aprovechar la energía en la industria.
El
proyecto no tenía gran apoyo del gobierno, que lo ve como un estudio
esotérico de teorías que sólo los científicos
entienden. Sin embargo la carta de Einstein, que refleja el sentir de
los científicos, en el sentido que es necesario desarrollar una bomba
atómica antes que Alemania consiga hacerla primero, alerta al gobierno
de Roosevelt. En 1941, el ataque a Pearl Harbor aumentó el temor
entre los Aliados, pues en ese momento parecía que nada podía
detener a las fuerzas del Eje, cuyos ejércitos obtenían victoria
tras victoria en todos los frentes.
Atendiendo
la sugerencia de los científicos, el Presidente Roosevelt autorizó
la creación del Proyecto S-1 dentro del proyecto Manhattan, que inicialmente
sería del tipo comercial. Fue dirigido por Arthur H. Compton
y fueron llamados gerentes de proyecto profesionales de reconocida capacidad
y prestigio. Como a la larga iba a ser un proyecto para el diseño
de armas, también se contrataron a experimentados ingenieros con experiencia
en esa área.
ero
las cosas no marchaban bien, pues Compton no mostraba signos de competencia
para manejar un proyecto de esa magnitud. En setiembre de 1942, Roosevelt
le da el impulso al proyecto en la dirección correcta, designando un
mando militar en la persona del Coronel Leslie Groves. Inmediatamente,
Groves reorganizó el equipo de científicos, ingenieros y técnicos,
dotándolos de los equipos necesarios para desarrollar su trabajo.
En el primer día a cargo de la dirección del proyecto, Groves
ordenó 1250 toneladas de uranio del Congo Belga que se encontraban
almacenados en Staten Island.
Groves
puso la conducción administrativa del proyecto en manos de corporaciones
como la Dupont y Kellogs Corporation y puso en marcha la construcción
de una planta para producir material fisible. En octubre de 1942, Groves
nombró al científico Julius Oppenheimer, un profesor de física
de la Universidad de California en Berkeley, para dirigir a un grupo de científicos
europeos inmigrantes, que se dedicarían a tiempo completo a la fabricación
de la bomba atómica y decidieron instalar los laboratorios en el desierto
de Los Álamos, en el estado de Nuevo México. Ese año,
Enrico Fermi logró construir un reactor atómico experimental,
llamado Chicago Pile 1, con lo que EEUU daba un importantísimo paso
en la carrera nuclear.
En enero de 1943. Groves adquirió, por 52 mil dólares,
las facilidades de Hanford Engineer Works, en Oak Ridge, que se convertiría
en uno de los mayores laboratorios usados en el desarrollo de la bomba atómica.
En marzo Los Álamos comenzó a funcionar. Durante lo que
restó del año, Hanford produjo plutonio, Oak Ridge uranio enriquecido
y un reactor experimental para producir plutonio, por su parte Los Álamos
estaba diseñando las armas. Pero, pasado el medio año,
el enriquecimiento de uranio en gran escala fracasó en Oak Ridge y
fue necesaria una completa revisión de todo el proyecto.
En
1944 los trabajos continuaron, aunque con no pocos problemas que obligaron
a revisiones continuas y modificaciones del proyecto. La situación
continuó y en setiembre de 1944, el Proyecto Manhattan comenzó
a estancarse por multitud de problemas que parecían insolubles.
La planta de enriquecimiento redujo su producción a niveles ínfimos
y en Oak Ridge surgieron una serie de fugas que frenaban la producción
de uranio. Lo más preocupante para los directivos, era que no
aparecía ningún diseño plausible para el arma atómica.
Lo único que comenzó a funcionar fue la organización
del Grupo Mixto 509, el grupo aéreo que tendría a su cargo las
operaciones de bombardeo, que utilizaría el moderno bombardero, la
Superfortaleza B-29.
Hongo de la bomba Trinity 10 segundos después de la explosión
A
fines de 1944, las cosas fueron encarrilándose en el Proyecto Manhattan.
La producción de uranio enriquecido comenzó a incrementarse
y las primeras pruebas de una implosión dieron resultados satisfactorios.
La producción de plutonio también alcanzó los niveles
deseados y el equipo que diseñaba el arma, finalmente tenía
modelos factibles.
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